lunes, 20 de octubre de 2014

APLICACIONES CON TERESA SAKO


El día 13 de septiembre amaneció muy pronto en Marbella, todo preparado, con la ilusión, como siempre, de una niña ( mi reflexión: por qué se atribuye "la ilusión a los niños chicos"? yo sigo teniendo muchas y ya no soy ninguna niña). Llegamos a Granada antes de las 10, la tienda de Teresa es pequeña y acogedora, y ella ... uffff, qué dificil describirla. Cercana, encantadora, humilde, artista e hispano-japonesa, o granaina-japonesa, pues su acento la delataría en todo el mundo. 

En poco tiempo llegaron las otras participantes, de diferentes puntos de Andalucía, Guadix, Almuñecar, Sevilla, Sanlucar, Granada y yo de Córdoba. Poco hablar y manos a la obra. Tenía preparado los kit de Reiko Kato con el nombre de cada una de las alumnas. Qué cosa más bonita, todo tan ordenado, los dibujos, las telas de cada una de las aplicaciones, entretelas, guata, trasera, delantera, bies y el famosos papel transfer.

                           

Con las indicaciones de Teresa, nos pusimos a calcar, primero en la base y después pieza por pieza. Ahora toca aplicar. Más o menos todas sabíamos, pero ella nos indica su forma de hacerlo, con una aguja larga y fina ( que nos regaló) y siempre remetiendo hacia una misma. Yo lo hacía al contrario, me costó trabajo, pero ahí estoy siguiendo sus indicaciones.

                            

Mi perrito no tiene la cintura original del dibujo, es algo menos estilizado, pero disfruté de lo lindo, que es de lo que se trata. Yo no había utilizado nunca telas japonesas y la verdad que son muy agradables y dúctiles, parece más fácil dar formas redondeadas.

                           

Nos paramos un ratito a comer. Como es sabido en Granada con un par de cervezas o coca-colas, en mi caso y las tapas que ponen se come fenomenal. Compramos unos pasteles y a tomar café a la tienda, no había tiempo que perder.

Teresa no para de hablar de trucos y técnicas. Nos indicó como deberíamos acabar el panel y nos enseñó sus mañas. Para el acolchado utiliza un segundo dedal plano en la mano de abajo y nos dijo, con mucha gracia, que como era muy caro ( no es tanto eh!) que probáramos dándole un martillazo a uno que tuviéramos en casa. Eso es lo que he hecho yo y me funciona.

                                              


Sobre las siete y media ya estaban los maridos buscándonos, el día a ellos se les había hecho largo, pero a nosotras no. Es comprensible, esperar es duro, pero eso es lo que tiene estar casada con una "quiltera", costurera o loca por las telas.

He tardado casi un mes en acabarlo, claro está, no es lo único que he hecho, estamos en principio de temporada y hay que cambiar el ropero, pero he disfrutado mucho haciéndolo. Aquí está el resultado. No soy objetiva, pero: me da igual ¡me encanta! como dice Mario Vaquerizo.

                                                          

Con los restos de las telas y algo más he hecho este llavero que compré a Teresa.

                                    


Las casitas son una de mis pasiones en patchwork, además tienen ventajas, sin hipoteca ni contribución.

                                   
    



Es la primera vez que asisto a clases de patchwork o monográfico y me gustaría no ser la última. Mi aprendizaje ha sido gracias a internet y asistiendo a encuentros donde, de reojo, sin que se note, miras lo que hacen tus compañeras.



   



2 comentarios:

  1. Qué preciosidad de panel, Mayte.
    Y el llavero monísimo.
    Le sacaste mucho partido a este monográfico.
    Yo tampoco he ido nunca a clases. Por ahora no me lo puedo permitir. Algún día...

    Besos desde Manresa

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  2. Mayte esta de lujo,,, me encanta. ,,, ya lo sabes

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